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Somin condujo hacia el apartamento, y durante todo ese trayecto, nadie dijo ni una sola palabra; Jungkook se sentó en el asiento del copiloto y, por lo tanto, Taehyung iba en el asiento trasero.
Cuando llegaron, bajaron del auto e hicieron su camino hasta su morada de la misma manera.
El oji-verde con la mirada pegada al suelo y con unas inmensas ganas de llorar, y por su parte, el rubio sin saber qué hacer.
Seguía abrumado por lo que había sucedido, y sólo quería acostarse a dormir hasta que fuera un nuevo día "Contando que era la una de la tarde" para poder dejar que su mente descansara un poco, y también para dejar que su enojo se desvaneciera por completo.
Sí, Jungkook estaba enojado. Tal vez consigo mismo, tal vez un poco con Taehyung, seguramente con todo lo que tuviese que ver con la esquizofrenia.
Lo que el menor menos quería en el mundo era perder a su tete, trataba de mantener su compostura, de sobrellevar el trastorno, las crisis; Pero como ser humano, estaba sumamente cansado de tener que hacerlo, de tener que ver a la persona de la cual se había enamorado pasando por todo eso. pero más que todo, estaba cansado de discutir con Taehyung por las malditas voces que se interponían entre ellos todo el tiempo.
Y como él lo quería, fue directo a su habitación y luego de quitarse los zapatos, se tiró en la cama, enterrando su rostro en la almohada y dejando salir un gruñido de frustración, apretando las sábanas entre sus manos.
Taehyung observó desde la puerta la escena, llorando silenciosamente, para después acercarse y también acostarse, dándole la espalda a Jungkook y haciéndose una pequeña bolita.
-Dije que lo sentía.- el chico susurró, comenzando a sollozar.
Lloraba porque su Kookie no le hablaba y porque sabía que estaba enojado.
Lloraba porque las voces estaban logrando poco a poco su cometido; Alejar a Jungkook de él.
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